Queridos lectores hoy quería compartir con tod@s vosotr@s una gran experiencia que he vivido, porque pienso que las experiencias que te remueven por dentro y te hacen crecer deben ser compartidas, para de alguna forma daros algo de valor y de luz en el camino que ahora cada uno de vosotr@s este emprendiendo.

En el fin de semana del 23 de Septiembre de 2016 en la Abadía do Pelouro, usé mi tiempo sabiamente decidiendo compartir tres días con 50 almas que decidieron elegir ese momento para dar el salto del guerrero y empezar un verdadero cambio emprendiendo un camino nuevo el camino de la contribución hacia los demás.

Es extraordinario poder desarrollar esta bonita profesión de Coach porque en algún momento de la vida de cada uno de nosotros hemos necesitado un guía que nos acompañe, una luz que nos ilumine los caminos que deseamos andar para poder ser más libres, sentir satisfacción por la vida que tenemos y llegar a esa tan necesaria autorealización personal.

Estamos hechos de emociones, que son las que nos accionan o nos paralizan, emociones que cuando aprendemos a quererlas y a gestionarlas hacen que todo sea posible.

“Todo se puede,
todo es posible cuando te permites que así lo sea”.

Vivimos en un mundo donde se han impuesto en la sociedad muchos corsés, que nos mantienen atados y sin poder ser en muchas ocasiones nosotros mismos, y asumimos esto tan profundamente que se nos olvida PERMITIRNOS SER, sólo ser sin juicios, sólo ser personas dispuestas a aprender, servir y contribuir para crecer y autorealizarnos como necesita el ser humano.

¿Qué le falta a aquella persona que teniéndolo todo es sumamente infeliz?

Permitirse ser ella misma,
permitirse realizar lo que realmente le hará feliz,
permitirse emocionarse, permitirse romper,
gritar, abrazar, besar,
sin importar lo que digan los demás
sólo con el objetivo de sentir estar viviendo con intensidad esta vida
y no pasar por ella sin mirar alrededor.

¿Qué nos estamos perdiendo cuando caminamos con los ojos cerrados por el sendero de la vida?

Nos perdemos el amor, la conexión, la amistad, la emoción, la gratitud, nos perdemos simplemente vivir con intensidad y  nos perdemos todo lo que los demás pueden darnos.

El fin de semana en la Abadia do Pelouro dejamos tod@s de ser profesionales del Coaching y sólo fuimos seres con hambre de sentir, de crecer, de aprender y de dar, dar y dar.
Es algo increíble constatar la falta que nos hace a tod@s un gran abrazo desde el corazón aunque te acaben de conocer.

Tengo que dar las GRACIAS a todas estos grandísimos profesionales por permitirse al igual que yo durante 3 días sólo SER, de todos ellos me he llevado parte de su esencia, y a todos les llevaré siempre presentes.

Pero como en todo camino hacia la cima de la montaña hace falta un Sherpa, alguien que ya ha conseguido andar el camino, y que nos ha proporcionado una gran herramienta para poder ayudar a cada cliente, a cada persona que pone su confianza, ilusiones, miedos y preocupaciones en nuestras manos.

Tino Fernández Valls Gracias por construir esta gran familia de la Academia Coaching Estratégico ACE, gracias por darnos estos grandes conocimientos que dan tanto valor y transforman vidas, gracias por darme la oportunidad de conocer a tanta gente maravillosa y estar en esta gran familia.

A ti querido lector que hace tiempo nos acompañas en nuestro camino, quería decirte hoy que, te PERMITAS SER, emoción, amor, conexión, valor, y que abraces hoy más que ningún día porque no sólo tu sentirás algo especial sino que seguramente a esa persona que sorprendas con un abrazo le estarás haciendo el día de hoy un regalo inmenso.

“En algún momento aparecerá lo inesperado, lo asombroso, y el quebranto del envoltorio se hará posible.
Se preñará de fisuras y tomará a otra existencia, a otro camino.
¿Repetitivo? ¿Nuevo? ¿Impredecible? No importa.”

Dalia Baptista