Juzgar es valorar o formar un juicio o una opinión sobre una persona o una cosa.

Aprendemos rápido a formar opiniones sobre los demás, sobre lo que nos rodea y sobre nosotros mismos, esto es algo necesario, ya que nos ayuda a saber en que punto estamos, de dónde venimos y a donde queremos llegar.

Si juzgar siempre tuviera esta connotación positiva, sería algo maravilloso, sin embargo desde bien pequeños empezamos a vivir el juicio en negativo, a crear prejuicios sobre las personas, cosas, lugares, a poner etiquetas a esto, aquellos y los demás.

¿Por qué hago un post sobre esto? sencillamente porque cuando trabajo me encuentro a algunas personas donde el mayor obstáculo para progresar en un área concreta de su vida o en más, es el juicio a todo y a si misma. De alguna manera todos hemos adquirido este hábito pero en algunas personas se ha anclado como parte importante en su vida, y esto les hace caminar más lentos de lo que quisieran.

Comenzamos este hábito por transferencia, ya que ningún bebe nace sabiendo juzgar. Y cuando llegamos a la vida adulta nos encontramos cargando etiquetas, prejuicios, creencias que nos han ido poniendo a lo largo de la vida, y que llevamos como si fueran realmente nuestras, además sumamos el aprendizaje de cómo hacerlo y a todo esto que nos han transferido le sumamos lo que nosotros mismos creamos.

Esto nos convierte en los mayores jueces y críticos de nosotros mismos, y lo hacemos de verdad con tanta dureza, que necesitamos mucho tiempo y esfuerzo para poder arrancarnos todas esas críticas, etiquetas, prejuicios sobre nosotros.

Hacia donde nos arrastra el juicio y la crítica

Cuando juzgamos con rapidez o criticamos habitualmente (ojo y no quiero decir que se haga por maldad sino por hábito adquirido desde pequeños) también lo hacemos a nosotros mismos, y esto nos lleva a:

• Perfeccionismo: las personas perfeccionistas actúan así para evitar fracasar, quizás por el miedo a la crítica de los demás y la suya propia, por demostrar siempre que pueden hacerlo sin equivocarse. Lo malo del perfeccionismo es que es una gran barrera para progresar, ya que ¿dónde está la línea que marca la perfección? ¿Qué es perfecto para ti o para mí?, ¿existes realmente la perfección?

• Huida: precisamente si juzgamos de manera habitual  lo hacemos porque nos sentimos nosotros mismos el juicio cada vez que nos exponemos, sentimos que juzgan nuestra ropa, nuestra casa, o nuestra acciones, sin que nadie nos pregunten ¿por qué o para qué?. Esto hace que evitemos exponernos, mostrar, para evitar que los demás nos juzguen de manera equivocada. Y la evitación lo único que proporciona es la falta de experiencias y sin experiencias no podemos cambiar nuestras opiniones y avanzar.

• Desconocimiento: el hábito del juicio es como un velo que nos cubre la cara, y no nos deja ver con nitidez. Realmente cuando nos juzgamos a nosotros mismos, como vagos, tercos, impacientes, realmente los somos, o simplemente son juicios que hicieron sobre nosotros y los hemos asumido sin tener en cuenta que los provoco, quienes nos lo dijeron, en qué situación se produjo. Este desconocimiento es el mismo que tenemos de las personas cuando las juzgamos sin saber qué razón puede existir detrás de una acción, o forma de vestir, o hablar o de vivir.

• Baja Autoestima:  no nos apreciamos lo suficiente cuando somos  demasiado autocríticos,  y  además hacemos daño a la autoestima de los demás cuando realizamos juicios y criticas, es por esto que aprender a no juzgarnos ni juzgar a los demás antes de apreciarlos, conocerlos, descubrirlos nos hará sentir mucho más libres y con mayor confianza en nosotros.

¿Cómo liberarnos del Juicio y la crítica sin sentido?

Seguro estás pensando que hay que ser autocríticos para mejorar, o que se pueden hacer críticas constructivas.

Bueno mi opinión y sin que tenga porque ser la más valida, es que la crítica es un juicio de valor que pocas veces construye nada, ya que la palabra critica tiene en si misma para la mayoría de nosotros una connotación negativa, y lo único que nos provoca es rechazo y ponernos a la defensiva.

Es por esto y teniendo claro el efecto que puede provocar cada palabra en nosotros que una de las primeras medidas para liberarnos del juicio es cambiar la palabra. Si en algún momento necesitas valorar a alguien ¡hazlo! Desde la intención de evaluar, retroalimentar, reforzar, o dar tu punto de vista.

Y esto mismo hazlo contigo, desde ahora , empieza a desterrar la crítica de tu vida y :

Aprecia sin juzgar cada acción que hagas, cada palabra que digas, cada situación en la que te encuentres, cada lugar o experiencia que vivas, ¡hazlo! Y después para que te sirva de aprendizaje, y sea constructivo para ti y para los demás…

Evalúa, y hazlo respondiendo, en este riguroso orden, estas 3 preguntas:

•  ¿Qué ha funcionado?
•  ¿Qué no ha funcionado?
•  ¿Qué puedo mejorar ahora?

De esta forma disfrutarás de cada persona nueva que conozcas, cada lugar, cada experiencia, porque no habrá ningún velo que te impida descubrirlos, y podrás formarte tus opiniones libres de prejuicios, etiquetas, y lo más importante es que esto lo harás contigo mismo desprendiéndote de una vez por todas, de todas esas etiquetas que llevas arrastrando tanto tiempo.

Preguntate…

 

¿Es buen momento hoy para comenzar y liberarte de esa carga?

¿Qué vas a hacer desde hoy para no volver a cargar con los juicios de los demás?

 

Te deseo que hagas de esta semana la mejor, como siempre gracias por dedicarme tiempo.

Ana Badiola.

 Si deseas hablar conmigo para conocer más sobre los procesos de

Coaching de Vida, Coaching Profesional o Coaching en Comunicación Eficaz te atenderé encantada, puedes enviarme un e- mail pulsando este botón y especificando qué información quieres.

  ANA, QUIERO QUE ME INFORMES SOBRE…