En muchas ocasiones perdemos excesivo tiempo en nadar a contra corriente, y sí, algunos incluso llegan a la orilla. Pero estás totalmente seguro/a, que esta es la mejor forma de llegar. Llegar agotado/a, con ansiedad, frustrado/a por la lucha que has tenido con el agua para conseguir llegar y no haber disfrutado del camino, decepcionado/a por haber tardado más tiempo del que querías.
Todo esto es lo que en muchas ocasiones sentimos cuando intentamos llegar a nuestra meta sin habernos parado a reflexionar sobre ella. En muchas ocasiones incluso nos olvidamos de nuestra metas, y peor aún a veces ni siquiera las tenemos.
Paul Klee
Cuando nos encontramos un gran obstáculo centramos tanto nuestra atención en el, que ya sólo pensamos en saltarlo, y olvidamos que para llegar a nuestro objetivo final también podemos rodearlo. ¡No te obceques! Yo ya lo he hecho, y hace tiempo que aprendí a moverme por objetivos y metas. No quiero decir con ello que sea fácil en ocasiones mientras camino me obligo a repetir en voz alta a donde quiero llegar.
LAS METAS
Las metas son los puntos que nos marcan el lugar al que queremos llegar, el sueño que queremos cumplir, aquello por lo que merece la pena luchar.
Una meta es algo que está por venir, que todavía no hemos alcanzado, y por tanto debemos esforzarnos por conseguir llegar a ella, trabajando duro.
Las metas son motores en pleno funcionamiento, son los motores que dan la energía necesaria para poder movernos, tener una meta a la que llegar hace que nos llenemos de optimismo cuanto más cerca estamos de ella y nos mantiene la ilusión y esperanza en alza.
PARA FIJAR TUS METAS NECESITAS
Adaptación: la mayoría de las ocasiones la dificultad que tenemos para ponernos metas a las que dirigirnos es la no aceptación de una situación nueva que desorganiza nuestra vida y destruye las metas que pensabamos seguras. Una situación que tal vez ha hecho que nuestra vida hasta el momento se desmorone y que nos obliga a adaptarnos forzosamente a un nuevo presente y por tanto ponernos nuevos objetivos por los que trabajar. Muchas personas se quedan aqui dando vueltas y dejando pasar el tiempo. Pero a ti te digo que aceptes cuanto antes tu nueva situación, el cambio que ha surgido en tu vida, y cojas el toro por los cuernos.
Organización: ¡Ya estás aquí! me alegro, si ya estás organizando tu nueva etapa, es que ya la has aceptado y te has adaptado a las nuevas circunstancias. Esta etapa es fácil, organiza tus objetivos, pero no sólo pienses en lo que te gustaría hacer ahora, dónde quieres dirigir tus pasos. Escríbelo en una hoja y no la pierdas de vista. De esta forma, será más fácil que veas los objetivos y te comprometas contigo mismo para lograrlos.
Ten en cuenta que no tenemos todo el tiempo del mundo para realizar nuestra metas, y por tanto tenemos que aprender a priorizar nuestros deseos.
Hacernos preguntas sobre lo que queremos hacer ahora, nos ayudará a dirimir cuales son nuestras necesidades de las necesidades de los otros, familia, sociedad… escribe las respuestas y ten siempre presente que las metas que te pongas tienen que se realistas y factibles, no queremos frustrarnos queremos llegar a conseguir nuestros propósitos.
Comprométete: llegados a este punto, aquí se quedan una mayoría de las personas, pero de aquellas personas que seguro conocemos todos, o todos nos hemos comportado así en algunas ocasiones, los quejosos. Y me explico, ponerse una meta en la vida y quejarse constantemente de no estar obteniendo los resultados que desearíamos, sin esforzarse realmente por llegar a ella, es fácil. ¿Quiéres llegar a la meta? pues comprométete con todo lo que hay que hacer,trabajar, esforzarse para conseguirla, si te caes vuelve a levantarte y sigue con tu compromiso. Si no lo haces así entonces no te pongas metas.
Confianza: este es el ingrediente que a mí más me gusta, ya que pienso que es el que hará que llegues a conseguir lo que te propongas. Confiar en nuestras capacidades para cumplir con nuestras metas es imprescindible. Si tú, no crees en ti entonces te aseguro que nadie lo hará.
Una forma de aumentar la confianza en ti es hacer recuento de todos los éxitos que has conseguido, y no menosprecies ninguno, todos cuentan sean importantes, grandes o pequeños. De esta formas te darás cuenta que sí puedes llegar a tus metas, porque lo has hecho otras veces, y si hay alguna que no has logrado pues es el momento de analizar los caminos tomados para conseguirla y quizá tomar otros, modificar la ruta de viaje. Trabaja en tu confianza, pero sobre todo no te quedes quito/a.
Anais Nin
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