La frustración es una emoción que tú y yo, y me arriesgo a decir, que toda persona en algún momento de su vida ha sentido.Aparece de forma desbordante en el momento que no has logrado satisfacer un deseo, objetivo o meta.
Cuando las expectativas puestas en algo no se cumplen….
Entonces nos sobreviene con intensidad esa desagradable sensación de perder el control.
Siempre he leído sobre la frustración con ese trasfondo negativo, sin embargo, sentirla de
vez en cuando no necesariamente lo es.
La frustración al igual que otras muchas de las emociones más incómodas, puede sernos de mucha utilidad.
En este post quiero acercarte a conocer cuáles son las formas de reaccionar cuando esta emoción nos atrapa.
¿Para qué? para que puedas más fácilmente identificarla y así poder redirigirla de forma positiva para ti.
El conocimiento y la práctica nos hace personas más habilidosas.
5 Formas de huir de la frustración:
- Desplazamiento: “Pagan justos por pecadores” . En este caso los sentimientos negativos que nos provoca la frustración los desplazamos hacia una persona que seguramente nada tiene que ver con lo que ha pasado. Al final siempre el que más cerca tenemos es el que se lleva el chaparrón.
- Fantasía: Dicen que soñar es gratis, muchas veces al sentir frustración activamos el mecanismo de defensa de la fantasía, nos ponemos esa famosa venda en los ojos, y fantaseamos con una realidad paralela que nada tiene que ver con lo que estoy viviendo. Esto provoca un resultado nefasto, huir de los problemas, los retos o desafíos.
- Sustitución: si no lo has hecho tú quizás recuerdes a alguien que ante la frustración crea una historia a su medida de la situación frustrante. Sustituye la situación ocurrida por una que le haga sentir menos dolor.
- Racionalización: lo hacemos todas las personas con frecuencia, buscar de forma inconsciente, justificación para la situación frustrante. Aquí es cuando nos volvemos personas expertas en “echar balones fuera” porque siempre que queremos justificar tendemos a hacerlo quitándonos la responsabilidad de encima.
- Represión: por último no hace falta mucha explicación, reprimir los sentimientos es algo habitual en todos nosotros sobre todo cuando, una situación que nos produce frustración nos hace tener sentimientos de vergüenza. Inhibimos para evitar dolor y sufrimiento. El resultado es que no que no solucionamos cuando toca se enquista y crece convirtiéndose en ese lastre que impide el alcance de nuevos retos profesionales, personales y sociales.