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4 pasos para cambiar un mal hábito. ¿Puedes?

Creer o no creer esa es la cuestión, sobre todo cuando se trata de nuestro cerebro y nuestro hábitos.

Qué es un hábito, según la Real Academia de la lengua es el modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.

Hacia donde quiero llegar hablándote hoy del hábito.
Mi objetivo es que conozcas de primera mano cómo la mayoría de tus conductas y creencias existen simplemente porque las has convertido en un hábito. 

¿Es malo esto?

No, si esto no te limita para avanzar en tu vida y conseguir tus objetivos.
Si crees que puedes lograrlo, y este pensamiento te acompaña siempre, es que ya has logrado convertir este pensamiento en un hábito, por lo que cada vez que se te plantee un nuevo reto, no pondrás en duda que puedes lograrlo, independientemente que lo logres o no, tu siempre lo intentarás, serás de esas personas que no “tiran la toalla” y por supuesto es una creencia que te ayudará a avanzar sin limitarte el paso.
Sin embargo si te has repetido siempre “no podré”, habrás conseguido instaurar una creencia limitante y que se convertirá en habitual, tan habitual que cada vez que se te plantee ese nuevo reto, lo primero que pensarás es “no lo puedo conseguir”, de forma automática y sin ponerlo en duda siquiera. 
Tan importante es aprende a decirle a nuestro cerebro lo que queremos que crea, que puede ser por esto que nuestra vida pueda girar hacia un lado otro. 

¿Cómo puedes hacer para generar creencias positivas, convirtiéndolas en hábitos?

¿Quién manda en tu cerebro?, seguro que muchas personas ya han contestado, pero si tu no lo has hecho…

Imagínate que estás en una playa tumbado/a al sol relajadamente, cómo crees que interpreta eso tu cerebro. 
Efectivamente, que estás en una playa tomando el sol.
Y ahora piensa que estás en tu casa y cierras los ojos y recuerdas el día que estabas en la playa tomando el sol.  Cómo crees que interpreta esto tu cerebro.
Pues sí, que estás en una playa tomando el sol.
Conclusión 
Da igual que sea real, que sea un recuerdo, o que te lo imagines o lo pienses, el cerebro no lo distingue, porque en el cerebro se activaran los mismos circuitos neuronales sea real que estés en una playa o que te lo estés imaginando. 
Tu cerebro se cree lo que tú quieras que se crea. 
Entonces ¿quién manda en tu cerebro? Tu. 
Eres tu quien tiene en la mano el poder para cambiar muchas creencias, hábitos, pensamientos y conductas.

¿Cómo puedes comenzar a entrenar tu cerebro para crear hábitos positivos?

Conocer un poco más sobre los hábitos te ayudará a entender como funciona este mecanismo.

Según la investigadora Barbara Oakley se puede considerar que los hábitos tienen cuatro partes:


ESTIMULO
El estimulo es lo que enciende, lo que te impulsa a la acción, que no tiene en si mismo que ser bueno o malo, simplemente activa la acción. Por ejemplo tienes una entrevista de trabajo. Esto es el detonante que te impulsa a actuar, pero aquí lo que importa no es sólo que tengas una entrevista de trabajo si no, lo realmente importante es cómo actuarás respecto a ese estimulo y esto es lo que la investigadora B.O llama rutina.

RUTINA
La rutina es la respuesta usual que nuestro cerebro está habituado a dar cuando recibe el estímulo.  Estas respuestas o hábitos pueden ser dañinos, útiles o inocuos. Siguiendo con el ejemplo, te pones nervioso/a por la entrevista de trabajo y piensas “otra más en la que no me van a contratar”, esto hace que no prepares debidamente la entrevista y que cuando vayas a ella tu actitud transmita negatividad.

RECOMPENSA
Todo hábito se desarrolla y continúa debido a que detrás de el hay una recompensa. Si no fuera así no se instauraría y no se convertiría en hábito. La recompensa es esa pequeña sensación inmediata de placer, que puede ser buena, útil o dañina, como el hábito de fumar.  Fumar te dará la falsa sensación de relajación que buscas para calmar los nervios. Aunque este hábito sea dañino para ti. 
¿Cómo hacen los hábitos para tener poder sobre ti?

CREENCIA

Un hábito se instaura sencillamente porque termina convirtiéndose en una creencia, es decir, terminas creyendo y haciendo que tu cerebro crea firmemente en que esa manera de actuar, ese hábito es lo mejor para ti. Aún siendo este dañino, por ejemplo como fumar.

¿Qué merece la pena?

Pues sabiendo que tú tienes la llave para manejar a tu cerebro, para crear una buena rutina un buen hábito y no al revés. 
Sabiendo que te va a costar lo mismo hacer creer al cerebro que todo va a salir bien en vez de decirle que todo va a salir mal.
¿Por qué empeñarte en lo contrario?
Ahora ya sabes que en tu mano está el poder cambiar muchos de esos hábitos que no te sirven para nada, o que incluso perjudican tu salud.
¿Realmente dudas del poder que tienes sobre tu cerebro?
Cuántas veces te has parado a pensar en las emociones que te producen cerrar los ojos y recordar esos días tan estupendos en la playa frente a las emociones que surgen cuando piensas en que ya no estás allí.
Empieza hoy mismo a entrenar a tu cerebro generando nuevos hábitos que te ayuden a afrontar tus retos, empieza creyendo firmemente en que “puedes”.

*Imagen: Eva Alegre

ESCRITO POR

Ana Mª Badiola Fdez. Licenciada en Psicología. Consultora, formadora y facilitadora en procesos de crecimiento personal.
Potenciar, desarrollar y guiar a aquellas personas que emprenden nuevos caminos laborales y personales.

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