Las personas tendemos a aprender y reforzar estilos de pensamiento diferentes, por ejemplo el pesimista y el optimista.
Sin embargo hoy sabemos gracias a la neurociencia que nuestro cerebro tiene una gran plasticidad.
Por tanto tenemos la certeza de poder entrenarlo de tal manera que desarrollemos otros estilos de pensamiento que sean más eficaces a la hora de lograr nuestros objetivos.
Hoy quiero compartir contigo 4 estilos de pensamiento que pueden arruinarte cualquier intervención que tengas al hablar en público.
Si después de leer este post te identificas con alguno de estos, ya sabes que puedes desde hoy comenzar a entrenar otra forma de pensar que te permita vivir tus exposiciones con mayor seguridad.
Extremista o Polarizado.
Siempre escuché que los extremos no son buenos, y realmente me he dado cuenta que así es.
Hay personas a las que les cuesta pensar en tonos intermedios, todo es blanco o negro, bueno o malo, si o no.
Este estilo de pensamiento hace perder la capacidad de generar opciones, de ver posibilidades, de activar la creatividad para resolver los problemas del día a día.
Una persona habituada a un pensamiento extremista, se suele mover entre dos opciones.
Ante una exposición se siente más insegura, muy centrada en el resultado, su pensamiento está entre:
«gustaré/no gustaré» «lo haré bien/lo haré mal» «sabré/no sabré» «me acordaré/no me acordaré» «fracaso/éxito»
Este tipo de pensamiento hace que te sientas con una alta presión antes de hablar.
Elevando la ansiedad, angustia, el estrés, la inseguridad.
Provocando que tu voz tiemble, tus manos suden, y tu mente se nuble impidiendo llegar a todos esos conocimientos y recursos que necesitas para poder dar un discurso con serenidad, fluidez y confianza.
Si estás aquí recuerda que esto puede cambiar.
Molière.
Sobregeneralizado.
Una persona con este estilo de pensamiento extrae una conclusión general de un simple incidente o parte de la evidencia.
Sí una de las veces que ha tenido que exponer en público sale mal, esperará que ocurra una y otra vez.
Las palabras que están dentro de su comunicación habitual son: todo, nunca, nadie, siempre, todos y ninguno
«Siempre me sale mal», «a nadie le interesa lo que yo digo», «nunca podré hacerlo mejor».
Si estás aquí, esta forma de pensar sólo te llevará, al pesimismo, el miedo, la desilusión, la desmotivación.
Sin darte cuenta comenzaras a evitar hablar en público, alejándote de todas aquellas oportunidades en las que puedes destacar profesionalmente.
Recuerda desde hoy, puedes entrenar la capacidad de ver los matices de las situaciones, y estos son los que realmente te dan la mayor información para producir los cambios que deseas.
«Se exageran de igual modo la desgracia y la felicidad;
nunca somos tan desgraciados ni tan dichosos como se dice» Honoré de Balzac
Adivinador.
Este me gusta mucho, seguro que tú como yo más de una vez hemos puesto pensamientos nuestros en la mente de otros.
Si no tienes bola de cristal, o poderes para leer la mente, no adivines lo que los demás están pensando.
Este tipo de pensamiento hace mucho daño a la comunicación, ya que comienza a generarse ese «dar por supuesto» lo que la otra persona cree, opina, piensa o incluso decide.
Suponer, es algo que hacemos desde nuestro propio pensamiento, con lo que conocemos.
En una situación en donde tienes que hablar en público, sin comienzas a suponer que los demás pensaran que no eres suficientemente experta en la materia ¿Cómo crees que esto afectará a tu exposición? ¿qué estado emocional activarás? Miedo, inseguridad, ansiedad… Un cliente me dijo que la sensación que tenía era la de ir haciéndose pequeño a medida que iba exponiendo, hasta que se quedaba sin voz.
Recuerda, todos tenemos filtros diferentes con los que dar significado a las situaciones que vivimos.
La realidad no existe como tal, esta es sólo la interpretación que hacemos cada uno de nosotros de nuestras experiencias.
No elucubres, si quieres saber que le pasa por la cabeza a alguien “pregunta”.
Catastrofista
O también como yo lo llamo el «Y si».» ¿Y si no me sale bien?», «¿Y si se me olvida?» «¿Y si me preguntan y no sé responder?» «¿Y si…?»
¿Es este tu pensamiento cuando tienes que exponer?
Si estás aquí, sabrás que la tendencia a usar este pensamiento provoca un estado de inseguridad, desconfianza en las capacidades, conocimientos y habilidades propias, que lleva a que muchas personas eviten situaciones en las que tengan que exponerse.
O bien, si eres de las que te lanzas a pesar de los «¿Y si..?» entonces serás de las que pasa un mal rato no sólo en el momento de exponer, si no, desde el momento que sabes que tienes que hacerlo.
Recuerdo una clienta que sabía 3 meses antes que tenía que dar una conferencia ante 200 personas, y adelgazó 4 kilos debido a todos los «¿Y si…?» que ella creía que podían suceder.
Logró dar la conferencia y tomó una decisión importante, aprender a comunicar diferente para nunca más sentir el sufrimiento que había experimentado esa ocasión.
No anticipes que lo que sucederá será malo, prepararte para lo que suceda sin anticiparte a ello.
¿Cuéntame que podrías hacer si mejoras tu estilo de pensamiento?
Psicóloga,Coach,Formadora
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